lunes, 16 de febrero de 2009

Pasión

Hace poco leía una serie de textos acerca de filósofos y escritores franceses. En realidad, era algo breve, sintético, pero bastó para que me parecieran unos copados... Paso a explicar por cuá.

Rabelais amaba la vida, como solo un humanista podía hacerlo. Dentro de su doctrina, adhería a la idea de otro tipo que decía: "¡Haz lo que quieras!", no es una apología al libertinaje, sino a la libertad de poder hacer lo que deseemos sin atropellar la libertad de los otros, dada que la naturaleza no es mala, sus impulsos serán buenos y debemos seguirlos. Diderot, muchos siglos después, decía que la Naturaleza era la excelencia, y que el hombre no debía dejarse limitar por cosas extrañas, como la religión, por ejemplo. Rousseau, otro copado, pensaba que la naturaleza hizo al hombre bueno, pero la sociedad lo hizo malo. Nada que el hombre impulse por su instinto y deseo es malo. De hecho planteaba el retorno al hombre natural, sin perder, claro está, los logros del hombre civilizado.

¿Qué tanta cabida debemos darle a nuestros impulsos? ¿A nuestras pasiones? Pienso en la atracción física, en enamorarse, en algo tan básico como las ganas de tener sexo.

Racine, por otro lado, mostraba a las pasiones humanas como aquello que vive en el hombre de forma oculta, pero que sale en algún momento y enseña el lado más oscuro y primitivo. Las pasiones como aquello que destruye al hombre. Amar es lo peor, lo que nos hace sucumbir...

Mmm... pensándolo fríamente, voto por los primeros.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado, leyendo tus líneas aporto mi humilde opinión, adhiero a Rabelais y Diderot en cuanto a las reflexiones de la vida y la naturaleza, aunque analizando el ramo psicológico sabemos que la religión fue y es necesaria para no darle todo el crédito a la suerte o a la casualidad. Rousseau si ese era su pensamiento lo veo como utópico, no creo posible la subsistencia del “hombre natural” en nuestros tiempos, no podríamos separar al hombre instintivo del pensante, creo que con el afloramiento del hombre como ser reflexivo nació también la capacidad del mismo de hacer el “mal”.
Coincido que la atracción, el enamorarse son basicos e indispensables, como otras tantas pasiones que nos pertenecen, que podemos definir “necesarias para vivir”, la cabida que debemos darle??? Lo maximo posible.
En cuanto al pensamiento de Racine , estaba borracho ¿? O nunca le fue bien en el amor??

G. dijo...

Creo que se hacía el copado pensando que en el amor todo mal... pero tenía por ahí, escondido en sus recovecos, a algunas actrices... nu sep... escribía culebrones importantes como Fedra, vaya a saber uno si no tenía una Aricia por ahí!

Gracias por su aporte!

pensante dijo...

El amor de por si es una pasión, la más grande diría yo. Dentro de ella misma se mueven millones de pasiones más. Controlarlas o no? Eso depende de quien sea el conductor. Muchas veces debemos dejarlas en stand by hasta que sea el momento de florecer.
En cuanto al tema de la naturaleza del hombre, prefiero a Hobbes, "el hombre es el lobo del hombre".
Beso guillo.

Juan Cruz Alcorta dijo...

Después de leer semejante apreciación y resumen de grandes filósofos, creo que es muy cierto que existe una libertad del hombre de poder actuar benignamente, pero es cierto también, que muchas circunstancias de la vida requieren de pasión para poder ser llevadas a cabo.
El amor todo lo que toca lo corroe, lo deja fuera de cualquier análisis, el amor es sentirse libre aún sabiendo que somo prisioneros de una gran pasión

Periquito Lasabrosura, poeta brujo. dijo...

William: La libertad verdadera, la que provee felicidad a costa de la esencia de la felicidad misma y en pleno goze de los sentidos solo puede darse con excelsitud cuando radica en la eliminacion del ego propio. En esa responsabilidad que tenemos todos pero que parecemos olvidar a diario, de que el bienestar de todos depende de todos. Solo si deponemos los egos , con esa sencilla acción, bastará para lograr que el hombre deje de ser LOBO DEL HOMBRE.
Saludos.

G. dijo...

Dieguín: justamente eso es lo complicado... controlarlas. REcuerdo en mi tierna pubertad (patética) pensaba en eso. ¿Controlar sentimientos? ¿How to do that!? pero bueh, misión imposible a los 14. En fin, he ahí el dilema, diría mi tocallo willy.

Querido Juan Cruz: repito mi última moción... voto por vos!! decime donde meter mi boletita... (no sé qué agregar, en realidad, ya todo lo has dicho)

Mr. Barba: Adhiero a ti. Una vez hablaba con una amiga de eso, de sentirse vulnerable cdo uno está por debajo del sentimiento por otro. ¿Y el ego? Se rompe, se cae, he ahí el riesgo q trae todo esto. Pero algo interesante sigue siendo...

Gracias!

Anónimo dijo...

Bueno, discrepo un poco con todos: la "suerte" o la "casualidad" existen ya sólo para la poesía, el arte, no para la ciencia, que tiene al azar que permanece dentro de ciertos parámetros y no se define con las palabras anteriores sino que es un orden perfectamente regulado y lógico. Si el universo es producto de este azar, es producto de algo superior que sostiene a ese azar (que, repito, en física cuántica no es suerte, desorden o casualidad).
D *sT*, el amor no es una pasión (no confundir amor con enamoramiento). Volviendo un poco a lo anterior (lo religioso) el sujeto consta de tres partes, así tenemos una persona psico-físico-espiritual; la psique tiene los mecanismos de defensa de la personalidad, del yo individual (el ego y un sinnúmero de pasiones), la parte física contiene los instintos y otros mecanismos de defensa o supervivencia del animal; la parte espiritual está completamente despojada de pasiones o instintos, y con ese pedazo uno ama y sabe. No confundir con "enamoramiento", una combinación engañosa de los mecanismos de la psique (aquietamiento de las múltiples - no patológicas - personalidades), con el instinto sexual, del cuerpo; puede introducirse en este "síndrome" el amor, que afecta a las otras dos partes, pero que no es afectado por ellas.
El afloramiento del hombre como ser reflexivo es el nacimiento del ego: “ya no soy parte de la manada, ahora tengo identidad individual y la defiendo” y la conciencia del “yo” a veces se defiende haciendo el mal, por eso es completamente lógico y natural que allí nazca la capacidad de hacer el “mal”. Ahora bien, ya es tiempo de ir aprendiendo que nadie quiere dañar esa identidad individual.
Que el amor todo lo que toca lo corroe... yo diría lo cambia, lo altera y siempre para bien.
Coincido con la eliminación del ego propio para la vivencia de la libertad, la felicidad, pero creo que sucede al revés: la experiencia de la libertad, la felicidad, nos va dejando de a poco sin ego, porque nos vamos dando cuenta de que ya no nos sirve; ya no necesitamos establecer diferencias entre yo y el otro, y no hay nadie que nos hiera y nos quite la individualidad, entonces el ego sólo se inactiva, se apaga, casi a voluntad agregaría, para dejarnos vivir la felicidad.
Creo que el sujeto debe hacer lo que quiera, pero en equilibrio con estas tres partes, sin subestimar ninguna, pero sabiendo qué lugar tiene cada una, la expresión equilibrada de ellas simplemente nos va mostrando un cachito más el mundo, y quizás no lleva a esa entrega a la libertad.

PD: Laura dijo paso.

Pampas dijo...

estimados/as, solo dejo un pensamiento que se me ocurre en este instante, no creo que el amor todo lo corroe, sino lo contrario le de ese brillo unico, esta en nosotros mantenerlo con "blem"...

G. dijo...

Sr. Pampero: Prefiero Ciff...

Gracias!!

PD: tincho, decile a laurita q se ponga las pilas...

Alimatou dijo...

Antes de que te dieras cuenta de mi ausencia, yo ya había estado por aquí, incluso leí algunos interesantes comentarios que te hicieron. No tuve nada más que decir, por eso no añadí nada. Ahora estoy en otro blog, ya no en Toda por la libertad.

Anónimo dijo...

Iluminado:
Dice el dicho que la libertad del hombre termina donde empieza la de los demás...tan simple como eso.
Siglos de historia y represíon nos vistieron, nos dijeron qué era lo que había que decir, atravezaron nuestros cuerpos y le dieron comida a unos y hambre a otros. La libertad de unos fueron las privaciones de otros...
Rabelais, Diderot dieron música al discurso de la libertad...el discurso sobre las pasiones y el amor. Muy bello por cierto, pero en muchos sentidos cómplice...
Eso no quita lo bello,cuán importante es dejar fluir nuestras pasiones!, vivir el amor, el AMOR...lo importante es que todos podamos hacerlo :)
y si somos destinatarios de "la libertad" debemos usarla con responsabilidad...porque, como dice el dicho...

saludos!