domingo, 25 de enero de 2009

Pato

Hace un tiempo, perdido en un cajón, en vacaciones por la costa, encontré un libro de un ruso llamado Alejandro Solyenitzin. Si bien no todos los cuentos me gustaron, uno me pareció una obra de arte. Aquí lo comparto y comento:



EL PATITO



Un pequeño patito amarillo cojea y se cae cómicamente sobre su pancita blanca en el pasto mojado. Corre delante de mí y chilla "¿dónde está mi mamá?" "¿Dónde están todos?..."Pero no es su mamá, es una gallina; le pusieron un huevo de pato y lo empolló con los suyos, sin hacer diferencia alguna. Ahora que se aproxima el temporal pusieron su casita, un viejo canasto roto, bajo techo y la cubrieron con una bolsa. Todos están allí, salvo éste que se extravió.



Ven pequeñuelo, ven a mis manos.



¿Cómo se afirma en esto la vida? Ningún peso, ojos negros como perlitas, patitas como de gorrión. Lo estrechas y no existe más. Y sin embargo es calentito. Su piquito rosa pálido ya es ancho, las piernecitas ya lucen sus membranas, se notan las alas plumosas y es amarillo como los de su estirpe. Y ya se diferencia por el carácter, de sus hermanos adoptivos.

Nosotros pronto volaremos a Venus. Nosotros. Si todos nos pusiéramos a la obra, en veinte minutos labraríamos todo el mundo... Pero nunca, nunca, con todo nuestro potencial atómico podremos componer en una probeta, aunque nos den plumas, carne y huesitos, este imponderable, pequeño, lastimoso, patito amarillento.



Una de las cosas que me llamó la atención, es la claridad textual con que muestra la esencia de una persona. Si sos un pato, no hay con qué cambiarlo. El tema de la Mihanovich no es novedad.


En más de una oportunidad, uno es un patito feo que se oculta entre los demás, que se cree el más desdichado, el más incomprendido y sí, el más feo. Pero con el tiempo, la vida y las palabras, el pato no solo será cisne, sino que es el que más alto vuela, el que más lejos llega, el que quizá entiende más del aire y del viento. Afortunada existencia de patos feos. Es hora de aplaudirles, olvidar mentecatos gallos que solo cacarean y no llegan a nada. Descubrir la esencia, lindo trabajo.