viernes, 27 de marzo de 2009

¿Debilucha o Erin Brockovich?

El otro día charlaba con un amigo sobre esto de ser una "mujer fuerte". Nos decíamos que, a pesar de tantas cagadas, tanta cosa mala dando vuelta, tanta (y me permito ser seudo-poeta) "lágrima derramada sobre las sábanas", hemos podido seguir y al parecer somos fuertes. Pero he ahí el dilema. ¿Lo somos? ¿O acaso con un pequeño empujón nos volvemos endebles como Olivia?


La figura de Erin se me vino a la cabeza. Una chica audaz, llena de responsabilidades, de problemas, de toda índole, y que logra lo que se propone. Obviamente es cine, y el cine ilusiona como un cartón de lotería o una tapita de coca cola. Erin nos muestra que sí se puede, que se sale adelante, que aun un desamor, una mala jugada, es posible afrontar. ¿Qué sucede, ahora, cuando vuelve y vuelve y vuelve? Siento muchas veces que la reiteración es parte del desafío. Erin no caería, Olivia siempre cae. Amo poder decir que lo he superado, pero odio sentir que aún no lo he hecho, cuando ese mismo problema vuelve a surgir. Los amores histéricos, la aparición de personas indeseadas, las mismas palabras que hieren de la misma forma, todo puede debilitar a Erin.


Asemejarse a ella no significa teñirse de rojo y operarse la nariz buscando la perfección de Julia, sino darle adelante, no aflojar. Las cosas van y vuelven, los mismos problemas lo hacen. Me siento a veces entre los dos tornados y las vacas voladoras, mirando la misma disquisición una y otra vez. Me digo entonces, muy fuerte y muy adentro: "¿cómo actuaría Erin? ¡Vos podés! ¡Vos podés!".

lunes, 16 de marzo de 2009

Grupo - Grupete / ¿soberbio - sorbete?

En los últimos días he analizado un dilema interesante. He tenido la oportunidad de "pispear" el funcionamiento inicial de un grupo que al parecer parece muy copado. Ahora, como no siempre me sucede, decidí dar mi voz y voto y no ocultar mi parecer. Esto ha causado, según veo, cierto rechazo. ¿Indiferencia, quizá? No lo sé aún. Lo importante a analizar es cuánto uno puede meter en su discurso de objetivo, sin caer en la soberbia. Porque, por más humildad que podamos tener, no puedo dejar de pensar que quizá uno es más listo que otra persona. ¿Cuándo el amor propio se transforma en arrogancia? ¿Cuándo dejamos de intentar impresionar para pasar a ser arrogantes fácilmente rechazables?


Cada grupo maneja una dinámica particular. A veces interesante, copada, otras más lejos de mí, de uds, de la mayoría o no. En fin, cada grupo va encontrando su surco, pienso. Y si cuando eso mismo notamos, y al mismo tiempo vemos que no podemos andar por ese surco, ¿cuál es la mejor opción? ¿Saltar a otro? ¿Intentar hacer más ancho el caminito? ¿O parar el agua, total...?


Me he encontrado un tanto desconcertado. Mis opiniones "subjetivas" (claro) que intentaron ser constructivas se han convertido en un discurso un tanto elitista (según se dice), un tanto "soberbio". No puedo decir que me sorprende del todo, creo que en cierto modo algunos tenemos ese caracter algo arraigado. Mmmm... ¿Será? Me pregunto. Cuando ocurre esto, ¿seremos los más copados, más que el resto? ¿O los más nabos? ¿Será que somos incomprendidos, mal juzgados, más inteligentes? ¿O menos humildes, menos "populistas", menos inclusivos? Mmmm... no sé. Por suerte, por ahora, sigo dudando. La duda da algo de poder, creo yo. Un poco siempre está bueno.