jueves, 3 de diciembre de 2009

VIRGINIA: DIARIO Y PREMONICIÓN

Estoy leyendo el diario de Virginia Woolf. Me sorprende la rigurosidad con la que escribía esta mujer, como si se tratara de una alquimista persistente y precisa. Así como ella lo hacía, me puse a pensar respecto a lo que estoy escribiendo. Pienso en los personajes de la novela, en Beatrixxx, en Jonas, en Marcos y Patricio. Un juego interesante hay de por medio, como un mundo de varios niveles narrativos que poco a poco se va quebrando y fundiéndose. Suena interesante, pero no sé, a veces pareciera que solo construyo un castillo con cartas. Virginia también se preguntaba de lo que hacía, el porqué, el cómo, revisaba, una y otra vez, a modo de escritunio. ¡Qué mujer! Pienso en mis lecturas, en mis escritos, en las películas que miro todas las noches. Beatrixxx salió de ahí, Jonas no, él salió de otro lado, menos presentable. Marcos es un invento de mí, una suerte de pac-man que come la frutita encantada. Se exacerban los defectos, se caricaturiza. Patricio se me hace invisible todavía, como difuso, mejor dicho. Tiene peso pero no sé exactamente cuánto. Será cuestión de ir midiendo. Supongo que el mismo Marcos me lo irá mostrando. Baatrixxx está teniendo más personalidad y la forma en que se narra, creo que también. Pero es difuso todavía, borroso, fuera de foco. Hay tachaduras en mi mente, todavía. Supongo que tendrá vida este verano, vida completa, cuerpo entero. Será cuestión de mantener el equilibrio.