jueves, 21 de agosto de 2008

Del polvo venimos... ¿y hacia el polvo vamos?

Platón en el "Banquete" intenta dilucidar cuál es la verdadera naturaleza del Eros, es decir, del Amor, de aquello que genera la vida y el movimiento... podría decirse. En una de las intervenciones, Aristófanes dice que en un principio existía un tipo de ser que ya no existe: un andrógino: mitad hombre - mitad mujer. Decía, además, que eran fuertes, vigorosos, y que deseaban derrocar a los dioses del Olimpo. Por ello, los mismos decidieron que había que ponerles un freno, por lo que Zeus, con su rayo multiuso, los dividió en dos y Apolo los curó cerrando la herida y dejando la marca que ahora se conoce como ombligo. Si han visto la película "Hedwig" algo habrán escuchado.

Ahora bien, estos seres, que son la mitad de una unidad, se han separado y se buscan. Básicamente, uno busca la media naranja, por así decirlo. Además, de una manera muy lógica, Platón ve que estas mitades también se han separado en otras mitades. Es por ello que lógicamente también existen hombres que buscan a otros hombres que son su mitad, y mujeres que hacen lo mismo. Si bien no procrean, como la unión de hombre y mujer, sí se genera un crecimiento intelectual y físico, por así decirlo.


Esto habla muy bien de los griegos, de su concepción de una sociedad muy diferente a la nuestra (igualmente, ellos no tenían muy en cuenta la posición de la mujeres, lo cual no era algo positivo...). En fin, esto es sorprendente, bah, por lo menos a mí me pareció. Pensar que uno a veces se reduce a simplemente buscar el amor, el contacto, a través del sexo, del meter algo en otra cosa, de sentir que uno se comunica físicamente con otro solo por esto... ¿A eso se ha reducido? Y me doy - y doy a otros - varias cachetadas al pensar esto. ¿Dónde quedó aquel Eros que hacía que nos sintiéramos en sintonía con nosotros mismos al encontrar a nuestra otra mitad? ¿Qué ha sucedido?


Puede que suene un tanto desesperanzador mi escrito, pero no lo es. La verdad de la milanesa es que hay que comerla... hay que pasarla, hay que atravesar por este mundo donde las mitades ya no se encuentran, o a veces, ya no se buscan. Sin embargo, tarde o temprano, puede que aparezca. Los griegos eran unos copados, hay que decirlo, pero el mundo ya no es el que existía antes. Se descubrió América y ahora existe Internet. ¿Puede que mi otra mitad esté en Japón? Pues, con el chat, es algo solucionable. No hay que desilusionarse pensando que en la vida uno no encuentra lo que busca. Creo que lo mejor sería pensar en que uno está bien siendo mitad, y que va a estar mucho mejor cuando sea unidad. Ahora que lo pienso, mi principal problema sería aprender a hablar japonés...


1 comentario:

Jeremías dijo...

Gracias por comentar en mi blog. Me encanta lo que escribis.

Voy a empezar a leerte. Un beso